¿Ha pensado alguna vez en elaborar kombucha usted mismo? La emoción de hacer Scoby kombucha o experimentar con el kéfir de agua fermentos frescos. Es una gozada ver cómo algo tan sencillo como el té se transforma en una delicia efervescente y ácida. ¿Listo para sumergirte de lleno?
Reúne tus ingredientes
Empieza por
Una Scoby: el cultivo vivo en forma de gota que hace maravillas.
Elige tu té: negro o verde.
- Azúcar: Es cierto, hay azúcar en la dieta, pero no importa.
- Agua filtrada: ¿Productos químicos como el cloro? No, gracias.
Té de arranque: Úsalo como refuerzo para tu scoby.
Imagina echar esto en una olla para hacer kombucha. ¡La brujería no ha hecho más que empezar!
Paso dos: Prepara tu té
Empieza hirviendo cuatro tazas de agua. Añade de 2 a 4 bolsitas de té o su equivalente en té suelto. Déjalo reposar durante 10 minutos. Añade el azúcar, removiendo hasta que se disuelva tan rápido como puedas decir «¡Kombucha!». Vierte el té azucarado en tu recipiente de infusión. Lo ideal es una jarra de cristal grande. Vierte 12 tazas de agua a temperatura ambiente. Se tostará tu scoby si se calienta demasiado. Es como unas vacaciones tropicales imprevistas si se enfría demasiado.
Tercer paso: Bienvenida al Scoby
Introduce tu scoby suavemente en el té que se ha enfriado. Manéjalo con cuidado, es como dejar entrar a tu gato en un nuevo hogar. Vierta una taza de su infusión favorita en la mezcla. Esto asegurará un poco de acidez y mantendrá alejadas a las bacterias malas.
Cuarto paso: Ahora empieza el juego de la espera
Cubre el tarro con un paño transpirable y colócalo en un lugar cálido y cómodo. Déjalo reposar durante 7-10 días. Podrás ver la transformación a diario. Será más agradable que ver crecer la hierba.